Los festejos de Navidad conllevan
una gran producción de basura, que es muy importante reciclar para evitar
generar más impacto ambiental. Del total de los residuos, se estima que un 80%
está formado por envases, contra una pequeña proporción de basura orgánica.
Actualmente cada persona produce
cerca de un kilo y medio de basura todos los días; más del doble de los valores
de treinta años atrás, y este volumen se incrementa en hasta dos kilos durante
las fiestas de fin de año.
Ante estos alarmantes datos,
puedes contribuir a la preservación del medio ambiente desde tu hogar. Si
seleccionas y descartas correctamente los residuos navideños estás haciendo tu
parte, para que esta hermosa fiesta pueda ser vivida con alegría por muchas
generaciones más.
Festejar la Navidad de una manera
ecológica supone un acto de conciencia desde la elección de los regalos y sus
envoltorios, hasta la compra de los alimentos de la cena navideña. En todo
momento puedes buscar las alternativas que causen menos impacto al medio
ambiente, tanto en la fabricación de los productos como para su posterior
descarte.
Qué hacer con el árbol de Navidad
El verde es, por excelencia, el
color más utilizado durante las fiestas de Navidad. El verde está en sus
símbolos más tradicionales: guirnaldas, lazos, bolas del árbol y,
principalmente, en los árboles navideños. En estas fechas la compra de árboles
naturales se incrementa notablemente generando consecuencias positivas y
negativas. Positivas en lo que se refiere a la decoración navideña de la casa,
y negativa cuanto al daño medioambiental que causan muchas familias cuando,
terminadas las fiestas, tiran el árbol a la basura.
Si bien ya no se cortan los
árboles de los bosques y hay una producción específica para la Navidad, el
problema ecológico no reside en el hecho de comprar un árbol natural, ya que
existe un cultivo apropiado y orientado a estas fiestas, sino en qué hacer con
ese árbol cuando pasa la Navidad.
Lo más conveniente es que se
busque un servicio de recolección de esos árboles para evitar que se acumulen
residuos por las calles o al lado de contenedores repletos. También es
recomendable que cuando compres árboles de Navidad, de ser posible, elijas
aquellos que tienen raíz; pasadas las fiestas podrá ser replantado. Y si
decides montar en lugar de un árbol natural uno sintético, mejor que mejor. Tu
bolsillo y tu tiempo te agradecerán. Y la naturaleza también.
No se debe utilizar el musgo ni
el acebo como elementos decorativos. Son plantas en peligro de extinción y su
recolección está prohibida en muchas comunidades autónomas. Los frutos del
acebo son un recurso alimenticio invernal, cada vez más escaso, para los animales
salvajes del bosque.
Trucos para no gastar tanta energía
El desenfreno navideño también
está marcado por la cantidad de luces brillantes que adornan las calles, los
jardines y las casas. En ciudades promedio, las instalaciones navideñas consumen
más de un millón de kilowatios tras 160 horas de funcionamiento durante casi 40
días. Todavía no existe una normativa seria y generalizada que regule la
iluminación navideña, por lo que se hacen necesarias alternativas viables que
frenen tanto gasto de energía. Se recomienda el uso de bombillas de bajo
consumo, de micro-bombillas, de LED, de módulos que, sin restar calidad
decorativa, reducen en más del 50% el consumo eléctrico; así como un control
limitado de horas de encendido. Si esas medidas fuesen adoptadas por todos los
consumidores, incluidos comerciantes y administraciones locales, se notaría una
reducción en el consumo, y un mayor interés por las tecnologías ahorradoras.
Recuerda que las luces navideñas deben ser un elemento de decoración y no de
iluminación.
Reciclar también en Navidad
¡Cómo se nota cuando se acaban
las fiestas navideñas! Por todas partes, hay una tremenda acumulación de
materiales que sobran de las comidas y de la decoración. Los contenedores no
pueden con todo. Y, es que, la Navidad se ha convertido en la conmemoración por
excelencia del gasto. En las recogidas selectivas de los municipios se observa
un incremento de papel y vidrio de entre el 20 y el 30 por ciento. Lo ideal
sería empezar el año reciclando. Puedes organizar la basura y depositar cada
desperdicio en su correspondiente contenedor. Aprovecha también para reciclar
ropa usada y que ya no quieres y/o necesitas; o los muebles que tienes
olvidados en el trastero. Siempre habrá alguien a quien le vengan bien. Recicla
los adornos navideños, ordenadores, ropa, máquinas, muebles, juguetes, los
papeles de regalo y las postales navideñas, antes de tirarlos a la basura
convencional. Compartir y regalar, también es parte del espíritu navideño.
Seleccionar bien la basura y
desecharla en los contenedores adecuados a cada tipo de material es
imprescindible, pero también podrás evitar tirar al cesto de residuos lo que
aún se pueda usar. Un ejemplo de esto son los papeles de envolver que estén en
buen estado, a los que podrás dar uso más adelante.
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